La chufa es un tesoro histórico, gastronómico y cultural, un tubérculo milenario y venerado por nuestros antepasados. La razón se debe a su gran aportación de nutrientes, y su poder como alimento curativo para diversas dolencias.
Según una investigación realizada por la Universidad de Oxford, la chufa era un alimento básico en la dieta de las antiguas civilizaciones, pero no solo eso. Existen documentos antiguos que demuestran, tal y como avanzamos antes, el uso de la chufa como alimento con fines curativos, y la leche de chufa más conocida como bebida medicinal a temperatura ambiente que como bebida refrescante. Autores persas, árabes y chinos destacan los grandes beneficios digestivos y antioxidantes de la chufa y de la horchata.
La primera referencia que se tiene de la historia de la chufa data el Siglo XV aC, cuando se encontraron muestras de este tubérculo en un sarcófago egipcio.
No es de extrañar, puesto que sabemos que los antiguos faraones se enterraban con todos sus tesoros para poderlos disfrutar en la vida después de la muerte. De ahí podemos deducir que los egipcios consideraban la chufa ¡como un verdadero tesoro! y de vital importancia para éstos. De hecho, los historiadores coinciden en que el paraíso para los egipcios, Aaru la campiña donde reinaba Osiris era un valle de juncias, que coincide el tipo planta que es la chufa.
Tanto es así que en un pasillo de una tumba tebana podemos ver una secuencia de pinturas donde se aprecia cómo dos hombres elaboran el shat, un pastel en el que machacaban la chufa para conseguir harina gruesa que mezclaban con grasa y miel y horneaban. ¡Es más! De este pastel sabemos que se reservaba como ofrenda a su Dios.
La primera definición escrita en la historia de la chufa se encuentra en el tomo 2 de los Nueve libros de la Historia escritos por el del historiador y geógrafo griego Herodoto de Halicarnado en el siglo V aC, en la que además de enumerar las posibles patologías que trataba la chufa, cuenta que con la masa realizada con el tubérculo se obtenía papel, vestidos y zapatos.
En cuanto a la aparición de la chufa en la zona del mediterráneo existen dos versiones. Por una parte, se considera que la chufa llegó a España de la mano de la civilización árabe en el siglo VIII. Sus usos eran como producto de consumo y también como materia prima para la elaboración de una bebida refrescante obtenida a partir de su maceración, y que más tarde llegó a nuestros tiempos con el nombre de horchata. Por otra parte, se considera que la chufa de Valencia es autóctona, ya que la chufa africana y la española son diferentes en cuanto a aspecto y tamaño.
Ya en el siglo XIII en las tierras del mediterráneo, aparece la leyenda popular que le atribuye al Rey Jaume I de Aragón el Conquistador el autor del nombre de “horchata” que proviene del valenciano “orxata”. Cuenta la historia que en el año 1238 una joven camarera dio a probar al Rey la leche de chufa. Éste, interesado por la bebida le preguntó a la muchacha que estaba bebiendo y ella le contestó “es leche de chufa” a lo que Jaume I contestó “¡Això no és llet, això és or, xata!” (Esto no es leche, esto es oro, chata). Aunque esta leyenda no se puede afirmar ya que no existe ningún documento que afirme que la horchata se bebiese fría como una bebida refrescante y no como bebida medicinal a temperatura ambiente, además tampoco existían sistemas de producción en frío.
Volviendo un poco más a la actualidad, el conocido botánico valenciano José Cavanilles en sus Observaciones sobre la Historia Natural del Reyno de Valencia de 1795 habla sobre el cultivo de la chufa en los campos de Alboraya y l’Horta Nord, y de cómo los valencianos pasaban los veranos en Madrid vendiendo horchata para refrescar el bochornoso verano de la capital. Su venta está vinculada a la festividad del Corpus Christi celebrada en junio.
Y es que el cultivo de la huerta valenciana es una de las tradiciones más arraigadas de nuestra tierra que se remonta siglo VIII. Durante todos estos siglos, familias han vivido y creído en esta profesión.
La planta de la chufa necesita suelos arenosos, sueltos y bien nivelados, con un clima mediterráneo: mucha humedad y escasas oscilaciones térmicas. Todas estas propiedades convierten la comarca de l’Horta Nord de València en la única zona de España donde cultivar este tubérculo.
Cantidad de autores por todo el mundo hablan de la chufa como un tubérculo comestible y de los efectos de la chufa en la salud. En sus textos citan sus usos medicinales para curar úlceras o aftas de la boca y las encías, sus propiedades diuréticas, dolores hemorroidales, dolores de cabeza, vértigos y cólicos. También se le atribuyen propiedades afrodisíacas como el aumento del semen genital, ajustar la menstruación, e incluso como antídoto para picaduras de escorpión. Todos ellos coinciden que además de ser un alimento saludable, ¡es un manjar exquisito!
¿Quieres saber más sobre los beneficios de la chufa para el cuerpo? No te pierdas este post.
Lo cierto es que no hemos inventado nada nuevo, tenemos suficientes evidencias que nos hablan de la función de la chufa como alimento curativo a lo largo del tiempo, pero nos da la sensación que este saber se ha ido perdiendo con el tiempo y queremos volver a los orígenes de nuestro tubérculo. Nuestra misión es recuperar la chufa como alimento saludable y divulgar los beneficios que genera en nuestra salud.
Seguro que conocías el rico sabor de la chufa, pero no su historia ni efectos. En siguientes artículos que contaremos mucho más sobre este superfood.
Puedes comprar chufa de Valencia ecológica, horchata y repostería con base de chufa en la tienda online de L’Obrador de Bou.
Casadevall Martha Mercedes dice:
08/01/2021 a las 22:24
Se puede conseguir en Buenos Aires la horchata de chufa? Si fuera así, donde?
Bea dice:
11/01/2021 a las 08:06
Hola!! Muchísimas gracias por tu comentario! Nosotros aun no hemos llegado a Buenos Aires, ¡esperamos que tengas suerte!